Propuesta de Desarrollo y Política Económica - Ricardo Alfonsín

Desarrollo Económico y Progreso Social
La Argentina registra una larga historia de crisis, recuperaciones y nuevas crisis, y de “modelos” que en su momento pretendieron haber resuelto de una vez los obstáculos y dilemas del desarrollo económico sólo para terminar en frustración. A lo largo de las décadas, si se tienen en cuenta tanto a los tropiezos como a los repuntes y sus componentes de recuperación a partir de abruptas caídas, la economía mostró un modesto crecimiento promedio. En la actualidad, tras un período donde, en base a su esfuerzo, y a condiciones internacionales favorables, el país superó una grave crisis y registró un intenso repunte en sus niveles de producción, no se ha definido una perspectiva de crecimiento perdurable, y siguen existiendo problemas sociales graves, que a su vez constituyen fuentes de tensiones y conflictos. Lo que en algún momento fue una situación macroeconómica robusta, especialmente por la holgura de las cuentas fiscales y del comercio exterior y por los efectos positivos de la reducción de las deudas públicas y externas, se ha convertido en una fuente de dudas, con veloces incrementos del gasto del gobierno y las importaciones, en carrera de resultado abierto con la recaudación y las exportaciones. El contexto internacional sigue generando buenos precios para las principales exportaciones, pero los impactos de la crisis se harán sentir todavía en adelante, y merecerán atención; las tensiones comerciales con grandes compradores de nuestros productos indican la existencia, aunque sea incipiente, de problemas de competitividad, y abren temas que no se agotan en lo inmediato.

Por su parte, se ha instalado una inflación sentida por experiencia cotidiana, imposible de esconder tras el increíble disfraz de las estadísticas públicas. Después de un período de rápido repunte de los salarios reales tras la crisis, las alzas de precios fueron carcomiendo el poder de compra de las remuneraciones pese a los apreciables ajustes nominales, en un contexto de disparidades entre los aumentos negociados por sindicatos de alto poder de negociación y los que alcanzan a los otros trabajadores. La inflación es de considerable magnitud, no obstante el uso de masivos subsidios (que en buena medida se aplican a consumos de grupos pudientes), las lentas variaciones del tipo de cambio, y los grandilocuentes controles, que intervienen minuciosamente en la operación de las empresas para obtener un efecto que tal vez se refleje en los índices de precios que miran pocos o nadie, pero que para nada modifica el hecho observable de las persistentes subas en las canasta de bienes adquiridas por las familias.